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Ética y premisas del Tarotista

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Hay una serie de opiniones populares que se han tenido en cuenta de forma tradicional, que pertenecen más al aspecto supersticioso que al meramente mágico de las cartas y que vamos a contar ahora.

Ética y premisas del Tarotista 1
Ética y premisas del Tarotista

Personalmente, creo que no hay que tenerlas en consideración de una forma estricto; sin embargo, convendría observar que todo está relacionado y, a veces, ciertos sucesos nos afirman de forma simbólica algo que sucede y que, en la medida que estemos prestos a percibir esos mensajes naturales, nos hallaremos en condiciones o bien no de usarlos en nuestro provecho.

Ciertas de ellas son:

Consideraciones a NO tener en cuenta

  • Hay días en los que, conforme las diferentes fuentes de información, el pronóstico de las cartas puede ser más favorable que otros.
  • Particularmente, opino que no solo hay días, sino más bien instantes, mas esto es realmente difícil de esclarecer, puesto que habría que tener para esto conocimientos de Astrología y mediante esta ciencia ver en qué momento son favorables los astros a las 2 personas (consultante y consultada) para efectuar este género de actividad.
  • Semeja que el sábado (día de Saturno) es el menos favorezco, por ser este planeta considerado desfavorable en el terreno que nos resulta de interés. Sin embargo, es cada persona, conforme su estado y sus conocimientos, quien debe determinar cuál es el instante o bien día conveniente para la consulta.
  • Si a lo largo del tiempo que dura la consulta se oye ulular un can, hay que suspenderla por ser este un vaticinio desfavorable.
  • Si en la consulta se desencadena lluvia o bien tormenta con aparato eléctrico, asimismo habría que dejarla hasta otra ocasión más favorece.
  • Si en el instante de barajar las cartas ciertas de ellas caen al suelo, es síntoma de mal agüero para la persona que consulta.
  • Cuando a lo largo de la consulta se oye el lloro de un pequeño, señala mala suerte para la persona que está consultando en ese instante.
  • Los pies, piernas o bien brazos cruzados anulan el carácter adivinatorio de la consulta.
  • Si la persona que consulta las cartas las corta con la mano derecha, anula el resultado.
  • Si a lo largo de la consulta revolotea una mariposa por el sitio donde se realiza el oráculo, genera buenas noticias para el consultante.
  • No obstante, si se oye el graznido de un cuervo o bien corneja, señala que el consultante va a tener noticias próximas de la muerte de un ser querido.
  • Si alguna persona penetra en la sala donde se realiza el oráculo, señala que quien consulta va a tener serios problemas y sufrimientos ya antes de conseguir lo que se plantea.
  • Si a lo largo de la consulta se oye el canto improvisado de alguien, va a ser un rastro conveniente al consultante.

No estamos conformes con estas premisas; sin embargo, las exponemos a título de curiosidad y para mayor conocimiento de las tradiciones sobre el tema

Consideraciones a tener en cuenta

 Ya antes de entrar en materia, me agradaría refererir unas recomendaciones que todos los que de una o bien otra manera estamos en el planeta de las cartas debemos tener en cuenta:

  • No trabajar las cartas a otras personas mientras que no tengamos práctica suficiente y un mínimo dominio de la realización del oráculo.
  • Ya antes de empezar a interpretar el oráculo, debemos examinar pausadamente las cartas en conjunto y meditar sin prisas de qué manera encauzar su mensaje.
  • No debemos procurar de ninguna forma impresionar a quien nos consulta, ni dejarnos influenciar por su presencia física, puesto que esto distorsionaría la fluidez de la comunicación entre los dos.
  • No envolver el sitio donde vamos a efectuar el oráculo de ornamentos o bien aparejos que se encuentren relacionados con brujería.
  • A la inversa, dicha habitación debe ser limpia, sigilosa, tener una luz clara y su decoración ha de ser agradable y lo más libre de muebles y aparejos (sobre todo, camas).
  • Hay que iniciar el oráculo con una pequeña relajación tanto nuestra como de la persona que consulta y para ello el aspecto de la habitación puede asistir.
  • Ciertos sostienen la creencia de que ciertos colores influyen de forma concida en el entorno. Esto es auténtico en cierta forma. Para esto, aconsejo que los colores empleados sean sutiles o bien suaves, y que no haya mucha pluralidad en exactamente la misma habitación.
  • Si nos hallamos en un estado de perturbación por alguna causa personal, sería mejor dejar el oráculo para otro instante y decirlo con bravura al consultante, ya antes que hacer las cosas mal. Al estar perturbados, proyectamos dicha perturbación y esto impide que la intuición y comunicación se puedan encauzar con fluidez y objetividad.
  • El oráculo verdaderamente no debe cobrarse. Sin embargo, conforme las necesidades de la persona, esta puede poner una tasa a su criterio, que en ningún caso ha de ser para enriquecerse, sino va a estar conforme con las necesidades de su vida y con su conciencia.
  •  De ninguna forma rivalizará en el coste con otras personas que se dediquen a ello.

  • El importe de los oráculos no debe cobrarse en el mismo sitio o bien habitación donde se efectúa. Lo mejor sería cobrarlo en otra sala de la casa y, de ser posible, que lo haga una persona que se dedique a ello.
  • Considero indispensable que para efectuar un oráculo la persona que consulta esté presente en él, o sea, no debemos efectuar oráculos para segundas personas o bien por medio de objetos (fotografías, prendas de vestir, etcétera), puesto que las vibraciones que cada uno de ellos tiene en todos y cada instante son una parte esencial y también indispensable para su realización objetiva y franca.
  • Debemos cuidar no dejarnos influenciar por las simpatías o bien antipatías que podamos sentir por las personas que consultan, por el hecho de que ello podría alterar de forma concida el resultado del oráculo.
  • Hay que dejar bien claro al consultante que mediante las cartas vamos a comunicarle unas influencias que, si se encauzan bien, pueden progresar su calidad de vida y sus posibilidades de medrar internamente.
  • Sin embargo, que no se deje influenciar ni condicionar por ellas, puesto que es necesario que tras percibir el resultado, lo analice y reconsidere, ya antes de tomar una determinación que pueda cambiar algo esencial en su vida.
  • Es recomendable no tener conocimientos anteriores de la persona que consulta, en tanto que nos exponemos en alto grado a confundir el resultado y también interpretación de las cartas con los datos que  mismos realizamos de ella, mediante nuestro psiquismo.
  • Asimismo es preciso intentar que la comunicación entre consultante y consultado se vea libre de tabúes y convencionalismos, como de ideas preconcebidas, y también intentar en lo posible que sea la persona que consulte la que interprete nuestras palabras de forma que no le demos consejos, sino sea  misma la que tome por iniciativa propia lo que debe tomar y empiece a aceptar su responsabilidad.

Algunas premisas mas...

Hay que tener en consideración que absolutamente nadie está en posesión de la VERDAD.

Las cartas no están para lo que el consultante desee escuchar, sino dan un mensaje y corresponde a dicha persona admitirlo o bien no. Por consiguiente, no es válido en lo más mínimo repetir los oráculos para poder ver si cambia la fortuna.

Es recomendable que, a lo largo del tiempo del oráculo y en la habitación donde lo efectuemos, sostengamos un fuego encendido, como símbolo divino que encabeza lo humano, bien mediante una candela encendida o bien de varillas de incienso, que aparte de ser aromatizadas purifican el entorno.

Hay que tener habilidad y tacto para pronosticar tanto desgracias como situaciones de determinada relevancia, de forma que todo resulte lo más suave y armonioso posible, sin que por este motivo debamos recurrir a la patraña o bien al fraude.

Ya antes de empezar la consulta, es recomendable mantener una pequeña charla con el consultante, para relajarnos y dar fluidez a la comunicación.

Por más que conozcamos de oráculos, jamás sabremos lo bastante, puesto que una vida sería poco tiempo para dominar este arte.

No es preciso tener poderes ni facultades singulares para efectuar esenciales oráculos con las cartas; bastan solo varios conocimientos, buena fe, seguridad en uno mismo y cierta cultura para poder expresar exactamente lo que se quiere decir.

La Ética del Tarotista

Otra consideración que hay que tomar en consideración es que en ciertas ocasiones ciertas personas empiezan a reiterar las consultas frecuentemente.

En estos casos habría que estimar la posible dependencia que puede establecerse entre consultante y consultado, de tal modo que la persona que consulta toda vez que tenga una duda, por muy pequeña que sea, tiende a asistir a las cartas y, con esto, va perdiendo su capacidad de tomar resoluciones y de seleccionar sus posibilidades.

 El echador de cartas debe tener una clara conciencia de este posible inconveniente y debe comunicar al consultante lo que ocurre y no permitirle que la frecuencia de las visitas sea corta, sino más bien tratar, en lo posible, de dilatarla al límite.

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